jueves, 7 de julio de 2011
érika
recién llamó mamá, que por qué no había ido a comer. la verdad ni cuenta me di de que ya es mediodía. no, las dos de la tarde son. anoche dormí mal. me despertó un ruido aunque no se si fue real. estaba soñando con érika. hace meses que no la veo. estábamos sentados uno frente al otro, en sillones como de consultorio. y cuando yo me levantaba para ir hacia ella, érika hacía lo mismo y terminábamos cada uno en el sillón del otro. como el juego de la silla pero entre nosotros y siempre con dos sillas. sillones. el ruido no se de dónde vino, fue una pequeña explosión, como cuando se quema una bombita. prendí la luz de la portátil y andaba. no se. me levanté a tomar un te, en la calle había mucho barullo. capaz que vino de ahí, ahora que pienso. los pibes de la esquina con las motos, diga que la mayoría de las veces ni me entero. en fin. me desvelé pensando en érika. me puse a buscar en mis cuaderno y encontré algo escrito antes de conocerla: ella no sabe que la observo. ni sospecha siquiera el tiempo que paso esperando a que llegue, que se baje del auto, saque la llave de la cartera y entre en su casa. cuando la puerta se cierra, me quedo un rato imaginándola quitarse las sandalias, prepararse un te, sentarse a mirar la tele con los pies apoyados sobre la mesita. cuando se apagan las luces, la imagino en su cuarto desvistiéndose prenda por prenda. a veces, como hoy, no puedo dormir.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
el pintor tiene lo suyo, entre los cuadernos y su pulsión escópica, es un festín para cualquier psicólogo.
ResponderEliminarpodemos recomendarle el terapeuta del santo...
ResponderEliminar