En nuestro primer día en Göreme, conocimos a unos estudiantes de arquitectura que se habían separado del resto del grupo. Charlamos largo rato en un café junto al Museo al Aire Libre - conjunto edilicio excavado en la roca, con iglesias que conservan sus muros pintados hasta el día de hoy - sobre las experiencias vividas. Para nosotros, estar aquí conversando con ustedes, es un descanso - nos dijeron.
Al día siguiente alquilamos un auto y salimos a recorrer la región.
Fuimos de Göreme a Ürgüp, donde subimos al mirador - Wish Hill - para tener una vista general de la ciudad y los alrededores.
Pasamos por Avanos y nos dirigimos a las Chimeneas de las Hadas, uno de los valles más hermosos de Capadocia. Trepamos una colina rocosa y nos sentamos los siete - Denise y Arnaldo con su pequeña hija Aylen, Germán, Alan, Silvia y yo - en la roca más alta. Nos quedamos allí hablando, riéndonos, sintiendo el aire y el sol.
Continuamos hacia Nevsehir, donde paramos a almorzar unos kebabs.
De allí, tomamos rumbo hacia Derinkuyu, una de las muchas ciudades subterráneas construidas como refugio siglos atrás. Nos metimos en cada una de las galerías. Encontramos habitaciones, depósitos de alimentos, establos, pozos de agua, ductos de aire, iglesias, tumbas... incluso trampas!
En la plaza de Derincuyu nos cruzamos con un grupo de turcos, algunos vestidos de mujer, otros con la cara pintada de negro, uno disfrazado de camello, otro disfrazado de viejo - que corría a la gente con un palo - y tres músicos. No entendimos de que iba la cosa - nos dijeron que era una despedida de soltero -, pero los seguimos y nos mezclamos entre ellos, participando a nuestra manera.
Dejamos el pueblo y nos metimos por caminos secundarios, en busca de nuevos paisajes. Descubrimos una zona más verde, con cultivos, animales y un lago. Pasamos por varios pueblos (Shainefendi, Cemil, Mustafapasa) hasta llegar nuevamente a Ürgüp y de allí a Göreme.
Luego de devolver el auto y de sacarnos la tierra blanca de Capadocia, cenamos en torno a una mesa baja y fumamos narguile con sabor a manzana. Gracias, chicos, por compartir parte del viaje con nosotras!
Al día siguiente alquilamos un auto y salimos a recorrer la región.
Fuimos de Göreme a Ürgüp, donde subimos al mirador - Wish Hill - para tener una vista general de la ciudad y los alrededores.
Pasamos por Avanos y nos dirigimos a las Chimeneas de las Hadas, uno de los valles más hermosos de Capadocia. Trepamos una colina rocosa y nos sentamos los siete - Denise y Arnaldo con su pequeña hija Aylen, Germán, Alan, Silvia y yo - en la roca más alta. Nos quedamos allí hablando, riéndonos, sintiendo el aire y el sol.
Continuamos hacia Nevsehir, donde paramos a almorzar unos kebabs.
De allí, tomamos rumbo hacia Derinkuyu, una de las muchas ciudades subterráneas construidas como refugio siglos atrás. Nos metimos en cada una de las galerías. Encontramos habitaciones, depósitos de alimentos, establos, pozos de agua, ductos de aire, iglesias, tumbas... incluso trampas!
En la plaza de Derincuyu nos cruzamos con un grupo de turcos, algunos vestidos de mujer, otros con la cara pintada de negro, uno disfrazado de camello, otro disfrazado de viejo - que corría a la gente con un palo - y tres músicos. No entendimos de que iba la cosa - nos dijeron que era una despedida de soltero -, pero los seguimos y nos mezclamos entre ellos, participando a nuestra manera.
Dejamos el pueblo y nos metimos por caminos secundarios, en busca de nuevos paisajes. Descubrimos una zona más verde, con cultivos, animales y un lago. Pasamos por varios pueblos (Shainefendi, Cemil, Mustafapasa) hasta llegar nuevamente a Ürgüp y de allí a Göreme.
Luego de devolver el auto y de sacarnos la tierra blanca de Capadocia, cenamos en torno a una mesa baja y fumamos narguile con sabor a manzana. Gracias, chicos, por compartir parte del viaje con nosotras!
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