Este post pretende ayudar en búsquedas como "from Kars to Georgia" o "how to get Georgia from Eastern Turkey", por lo que debería estar escrito en inglés, pero se que google translator hará un trabajo decente y mientras tanto estaré ayudando al menos a los viajeros hispanohablantes.
Desde Kars hay dos formas de llegar a Georgia: tomar un bus hacia Hopa, en el noreste de Turquía, cerca de la frontera con Georgia, y desde allí otro a Batumi; o recorrer el camino que anduve yo. Un dato a tener en cuenta es que Georgia en turco es Gürcistan.
A las diez de la mañana me subí a una van hacia Ardahan en la estación de autobuses de Kars (la que está cerca del centro, al final de la calle Halit Pasa). El pasaje cuesta 15 TL (unos 7-8 USD). En un vehículo de 13 asientos (incluyendo el del chofer) viajamos 16 personas. El viaje es de una hora y media. La ruta está terrible pero en reparación, quizás en un futuro tome menos tiempo llegar allá.
La información que tenía era que al mediodía salía un bus a Tibilisi. En la estación de buses de Ardahan pregunté a una pareja de turcos que hablaba un poco de inglés y de francés. Con su ayuda, pude comunicarme con el chofer, quien finalmente nos llevó a mí y a ellos a la otra estación de Ardahan, al final de la calle Kaptan Pasa, muy cerca del centro de la ciudad (*). Allí le dijeron a mis intérpretes que el bus a Georgia ya había pasado, que había que esperar al día siguiente y que solo iba hasta la ciudad de Ahiska, desde donde se podía seguir viaje en otro bus a Tibilisi.
Finalmente, compré mi ticket a Ahiska por 40 TL y me hospedé en el Hotel Kura, a 100 mts de la terminal (35 TL single room).
Me levanté muy temprano, el bus salía a las 7 am. Fui a la terminal, no había nadie. A las 7 y 10 el bus no había pasado y la oficina estaba cerrada. Pregunté en un almacén. A través de señas y palabras sueltas, entendí que el bus salía desde otra terminal, una tercera, que quedaba cerca de allí, tomando la calle del costado y caminando unos 500 metros, hasta el final de la misma. Afortunadamente - porque de otro modo lo hubiera perdido - el bus venía de otra ciudad y llegó con una hora de retraso.
El paisaje, una vez más, hizo el viaje absolutamente disfrutable. Es un entorno rural bastante poblado, con muchos cursos de agua, pequeños, de lechos pedregosos. La ganadería es la principal actividad y se ve mucha gente trabajando en el campo. Y las montañas son imponentes. De hecho, para llegar a Georgia hay que atravesarlas (gente que sufre de vértigo: traten de llegar por otro lado).
Un poco antes de la frontera paramos en una gomería y allí el chofer nos pidió los pasaportes. En el bus íbamos unos pocos pasajeros. Recorrimos un corto trayecto y llegamos al puesto fronterizo. No había mucha gente y el trámite fue muy rápido. Bienvenidos a Georgia!
La ciudad de Ahiska queda a unos pocos kilómetros. Ahiska es su nombre en turco, en georgiano es Akhaltsikhe. El bus llega hasta allí. Eran las 12.30 hora turca y tuve que adelantar una hora el reloj para ajustarme a la de Georgia. A las 2 pm salía una van (marshrutkas) para Tibilisi. El ticket cuesta 12 lari y en la terminal hay un lugar donde cambiar dinero.
El viaje es de dos horas y media o tres. Estaba muy cansada pero intenté no dormir, el paisaje es espectacular: la ruta bordea las montañas siguiendo el curso de un río no muy caudaloso, atravesado por puentes cada pocos metros. Atrás quedaron las mezquitas, ahora hay cruces por todos lados. Junto a mi, un muchacho se persigna una y otra vez. Las mujeres ya no está cubiertas. La arquitectura es muy diferente, las casas son de otros materiales y colores. Granjas, árboles frutales, vacas que se atraviesan en la ruta con total displicencia... y el camino ya es lo suficientemente peligroso sin ellas!
Tibilisi apareció de golpe, como a la vuelta de un recodo. Pero no voy a hablar de la ciudad aquí, hay tiempo para eso. Una vez en la terminal, para llegar al centro hay que tomar el metro en la estación que está allí mismo (hay un cartel indicador con una M). Es necesario comprar una tarjeta. El primer tramo es exterior, luego se vuelve subterráneo. El vagón se sacude como la montaña rusa de Montevideo: parece que va a descarrilar en cualquier momento. Cinco paradas después: Freedom Square, sobre la avenida Rustaveli.
(*) Por si a alguien le resulta de ayuda (imperscindible hablar turco), estos son los datos de la compañía que hace el trayecto: Özlem Ardahan / Otobüs Isletmesi / Belediye Garaji / Ardahan / Tel 0478 211 35 68 - 211 62 78.
Desde Kars hay dos formas de llegar a Georgia: tomar un bus hacia Hopa, en el noreste de Turquía, cerca de la frontera con Georgia, y desde allí otro a Batumi; o recorrer el camino que anduve yo. Un dato a tener en cuenta es que Georgia en turco es Gürcistan.
A las diez de la mañana me subí a una van hacia Ardahan en la estación de autobuses de Kars (la que está cerca del centro, al final de la calle Halit Pasa). El pasaje cuesta 15 TL (unos 7-8 USD). En un vehículo de 13 asientos (incluyendo el del chofer) viajamos 16 personas. El viaje es de una hora y media. La ruta está terrible pero en reparación, quizás en un futuro tome menos tiempo llegar allá.
La información que tenía era que al mediodía salía un bus a Tibilisi. En la estación de buses de Ardahan pregunté a una pareja de turcos que hablaba un poco de inglés y de francés. Con su ayuda, pude comunicarme con el chofer, quien finalmente nos llevó a mí y a ellos a la otra estación de Ardahan, al final de la calle Kaptan Pasa, muy cerca del centro de la ciudad (*). Allí le dijeron a mis intérpretes que el bus a Georgia ya había pasado, que había que esperar al día siguiente y que solo iba hasta la ciudad de Ahiska, desde donde se podía seguir viaje en otro bus a Tibilisi.
Finalmente, compré mi ticket a Ahiska por 40 TL y me hospedé en el Hotel Kura, a 100 mts de la terminal (35 TL single room).
Me levanté muy temprano, el bus salía a las 7 am. Fui a la terminal, no había nadie. A las 7 y 10 el bus no había pasado y la oficina estaba cerrada. Pregunté en un almacén. A través de señas y palabras sueltas, entendí que el bus salía desde otra terminal, una tercera, que quedaba cerca de allí, tomando la calle del costado y caminando unos 500 metros, hasta el final de la misma. Afortunadamente - porque de otro modo lo hubiera perdido - el bus venía de otra ciudad y llegó con una hora de retraso.
El paisaje, una vez más, hizo el viaje absolutamente disfrutable. Es un entorno rural bastante poblado, con muchos cursos de agua, pequeños, de lechos pedregosos. La ganadería es la principal actividad y se ve mucha gente trabajando en el campo. Y las montañas son imponentes. De hecho, para llegar a Georgia hay que atravesarlas (gente que sufre de vértigo: traten de llegar por otro lado).
Un poco antes de la frontera paramos en una gomería y allí el chofer nos pidió los pasaportes. En el bus íbamos unos pocos pasajeros. Recorrimos un corto trayecto y llegamos al puesto fronterizo. No había mucha gente y el trámite fue muy rápido. Bienvenidos a Georgia!
La ciudad de Ahiska queda a unos pocos kilómetros. Ahiska es su nombre en turco, en georgiano es Akhaltsikhe. El bus llega hasta allí. Eran las 12.30 hora turca y tuve que adelantar una hora el reloj para ajustarme a la de Georgia. A las 2 pm salía una van (marshrutkas) para Tibilisi. El ticket cuesta 12 lari y en la terminal hay un lugar donde cambiar dinero.
El viaje es de dos horas y media o tres. Estaba muy cansada pero intenté no dormir, el paisaje es espectacular: la ruta bordea las montañas siguiendo el curso de un río no muy caudaloso, atravesado por puentes cada pocos metros. Atrás quedaron las mezquitas, ahora hay cruces por todos lados. Junto a mi, un muchacho se persigna una y otra vez. Las mujeres ya no está cubiertas. La arquitectura es muy diferente, las casas son de otros materiales y colores. Granjas, árboles frutales, vacas que se atraviesan en la ruta con total displicencia... y el camino ya es lo suficientemente peligroso sin ellas!
Tibilisi apareció de golpe, como a la vuelta de un recodo. Pero no voy a hablar de la ciudad aquí, hay tiempo para eso. Una vez en la terminal, para llegar al centro hay que tomar el metro en la estación que está allí mismo (hay un cartel indicador con una M). Es necesario comprar una tarjeta. El primer tramo es exterior, luego se vuelve subterráneo. El vagón se sacude como la montaña rusa de Montevideo: parece que va a descarrilar en cualquier momento. Cinco paradas después: Freedom Square, sobre la avenida Rustaveli.
(*) Por si a alguien le resulta de ayuda (imperscindible hablar turco), estos son los datos de la compañía que hace el trayecto: Özlem Ardahan / Otobüs Isletmesi / Belediye Garaji / Ardahan / Tel 0478 211 35 68 - 211 62 78.
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