jueves, 10 de octubre de 2013

Primera nieve

Vine a Europa con la idea ─entre otras─ de esperar y quizás pasar aquí el invierno. Un desafío un poco excéntrico, teniendo en cuenta que lo detesto. Y el otoño apenas empezó, pero esta última semana en Yerevan el termómetro se desplomó y puso a prueba mi equipaje, peparado para resistir temperaturas de hasta diez grados.

Hoy al mediodía me tomé la marshrutka de Yerevan a Tibilisi. En el camino pude ver el famoso monumento al alfabeto armenio; antiguas ciudades industriales con sus interminables hileras de edificios; algunos pueblos con casas de techos azules, recostados en las montañas peladas del norte; y la primera nieve. La carretera cruzaba el plateau y, a ambos lados, no muy lejos, los picos brillaban bajo el sol de la tarde y la nieve se derramaba por entre los surcos de la montaña, como la espuma del café con leche, llegando hasta casi el borde de la ruta.

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