viernes, 6 de julio de 2012

bufeo



río amazonas > perú

aprox. 22 ene 2012

la lancha -como ellos le dicen- se llamaba linares iv y era un barco tipo chata con dos bodegas para carga, dos pisos para pasajeros con sus trastos y animales y una cubierta superior. desde allí vi al bufeo.

antes había salido en peque peque (botes con un pequeño motor) a buscar a los siempre esquivos delfines rosados del amazonas, pero no se habían dejado ver.

esa tarde, apoyada en la baranda de metal, mirando las aguas marrones del río, lo vi asomar el lomo. un instante, dos segundos, no más de eso. siempre pensé que el rosado era una exageración de los lugareños, pero fue el color, el contraste con el agua, lo que me permitió identificarlo en su fugaz movimiento.

hay infinidad de leyendas en torno al bufeo, historias que hablan de delfines convertidos en hombres que conquistan mujeres por las noches y las atraen irremediablemente al río.

lo cierto es que es un animal atacado por muchos pescadores, enfurecidos luego de ver rotas sus redes y perdida la pesca.

dicen los que saben el saludo de un delfín rosado es un privilegio y un signo de que la buena fortuna nos acompaña.

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