viernes, 6 de julio de 2012

viaje orgánico


como la temporada de viajes está en receso, voy a escribir sobre un nuevo proyecto en el que me he embarcado, que a su vez no deja de ser un viaje.

los que me conocen saben que no me gusta cocinar. también saben que cada tanto padezco de disfunciones digestivas vinculadas a la mala alimentación. por esta razón, estuve profundizando en el tema de la toxicidad de algunos alimentos, ya sea por sus propios componentes o por la forma en que son obtenidos, producidos o conservados. finalmente, decidí buscar asesoramiento y comenzar una dieta para mejorar mi estado de salud.

la máxima es: antes de comer, pensar.

es necesario seleccionar cuidadosamente lo que vamos a comer. un cambio de alimentación implica no solo desechar alimentos inconvenientes sino tomar contacto con un sinnúmero de otros alimentos que no conocemos y no sabemos preparar.

el propósito de esta nueva etiqueta - viaje orgánico - es contarles qué nuevos alimentos voy descubriendo, dónde se consiguen y cómo se preparan. mi intención es animar a otros y hacerles el camino un poco más fácil.

la primera parada del viaje es un plato de garbanzos y quinoa. los garbanzos son muy populares, la quinoa no tanto. se consigue en tiendas naturistas.

se pone al fuego tres tazas de agua con sal marina y romero. cuando rompe el hervor, se vierte una taza y media de garbanzos (remojados durante la noche). paralelamente, se sofrita en aceite de oliva una cebolla colorada y un diente de ajo, condimentados con cúrcuma y comino. se agrega el sofrito a los garbanzos. se cocina durante unos 20 minutos y se agrega la quinoa. se cocina durante unos diez minutos más. y listo.

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